Elegir con quién pasar tiempo y a quién dedicar tiempo...
Bendita esa
gente con quienes nos encanta estar porque nos sentimos como caminando en una alfombra
roja. Sí, algo similar a como deben de sentirse los actores de Hollywood.
Porque estas gentes nuestras que tenemos, no sólo hacen que nos creamos
especiales, sino que encima nos hacen saber que al caminar por la alfombra, lo
podemos hacer con total libertad de irnos, de quedarnos, o perdernos un rato y volver cuando nos
plazca. Vaya lujo…
Personajes que siempre aciertan con la tapa del menú porque sea lo que se
sea que ordenen, te va a saber a minutos de risas y ni siquiera te hace falta probar
bocado. Con quienes puedes tomar decisiones
de último minuto que aunque sean brindadas con zumo de gruñidos, casi garantizado que culminan en una anécdota para
recordar al día siguiente.
Y es que esto de entender las libertades y los espacios es el primer
paso para crear vínculos de verdad entre personas que se quieren bien y quieren quererse bien. Es un sentirse volar acompañado. Porque a mi modo de ver hoy, uno no tiene porqué estar sólo para sentirse libre; uno se basta con tender los brazos a una amistad
sana que no tenga la necesidad de controlar ni de depender. Esas amistades que se saben
y reconocen abiertamente separables de ti. Porque es de esta manera y no otra, como uno llega a tener amigos inseparables, estén donde estén y que no pueden dolerse.
Feliz día
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