Dulzura y
serenidad para dialogar abiertamente con la incertidumbre avenida, calmando los
impulsos de arrojar la borda por el todo;
Dulzura y serenidad
para descreerse suspenso por una rúbrica inventada por galanes que no incluye una casilla de gran valor humano;
Dulzura y serenidad
para ganar con buena voluntad cualquier envite atribuido al cambio y para armonizar
casualidades inesperadas como giros angélicos que te trasbordan a mejores
cielos;
Dulzura y
serenidad para no imponer aprecio ajeno que no se percibe y andar apretando con
apariencias envueltas de una ficticia normalidad;
Dulzura y
serenidad para despedir a quienes no manifiestan la talla de merecer tu tiempo y entrega
y que, tiempo al tiempo, ansiarán conquistar.
Feliz día.
Como siempre tienes una manera tan especial de expresarte que sólo puedes disfrutar de tus palabras que sin duda salen del ❤, me encanta Maria.
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