Llena de ti y de
tu falta. Anhelo de un visillo que no se abre ante tu plaza. Recuerdos de madre
sana y viva anunciarán mi alba mañana. Destellos de una luna llena que esta noche tu
nombre lleva y me rebosa de Consuelo.
Llena de ti y de
tu ausencia. Melancolía de un septiembre tropezado por la incertidumbre, con
responsabilidades y mil rutinas por resolver. Siento como el calor de las estrellas
de esta luna me espían, me guían y me ruegan aprender a vivir en paz y armonía.
Llena de ti y de
tus enseñanzas. Tristeza de un año sin puchero ni cuchara confinada en una
nueva normalidad que no termina. Luz divina caída de tu cielo necesito, con orquesta
angelical que me otorgue protección, dirección y un propósito de vida.
Llena de ti y de un
vacío que me rompe. Coraje para seguir luchando en un mundo mucho más incierto que
el que dejaste. Ternura celestial pido para dar cobijo a mi hermandad y, por
mucho tiempo, honrar y recordar tu dulzura y serenidad.
Feliz día.
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